Asociación Pro Enfermos Mentales de A Coruña

A mí las Navidades no me gustan. No sé decir por qué, porque ni siendo niño me gustaban: nunca disfrutaba de la alegría que se suponía que debía sentir por los regalos, ni ver a la familia unida. Lo único que me gustaba es que no tenía que ir al colegio, aunque viéndolo ahora era mejor que viniera Papá Noel y no los Reyes Magos, porque tenía más tiempo para jugar con los juguetes nuevos.

Con el paso de los años, me fueron resultando más y más pesadas las Navidades, al ir perdiendo miembros de la familia, y ahora, la situación ha cambiado. Desde hace unos años estoy en Apem, y poco a poco, se ha convertido en mi segunda  familia, porque la mía, por desgracia, está lejos, en Euskadi.

Gracias a Apem, desde hace unos años, voy al Belén viviente de Bribes, en Cambre;  donde soy Rafa el leñador, el cantero, etc.; no un usuario de Apem.

Allí vuelvo a disfrutar un poco de lo que llaman el espíritu navideño: ver a todo el pueblo colaborando para que todo salga bien, para que los niños disfruten, que son los que realmente viven la Navidad.

Por unas horas se me olvida el consumismo y mi situación personal, y lo paso bien al ver tanta gente disfrutando de un día todos juntos.

Rafa, colaborador del CRPL Culleredo  “Sara Vázquez”

 

Rafa, ejerciendo de cantero en el Belén Viviente de Bribes.
Rafa, ejerciendo de cantero en el Belén Viviente de Bribes.

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