La gente que está a cargo de un familiar con enfermedad mental, pienso que ya tiene estigmas, más los de afuera del círculo. No se dan cuenta que siguiendo a rajatabla la medicación y las órdenes del psiquiatra, podemos llevar una vida más o menos “normal”. Que podemos trabajar o hacer las cosas de casa como lo haría una persona que no tiene ninguna enfermedad diagnosticada. Somos los parias, los marginados sociales, cuando eres esquizofrénico te tratan de inútil, e incluso de peligroso, cuando, no lo somos más que una persona que no sufre esta enfermedad. A los deprimidos los tratan de vagos, que no se duchan y que están todo el día en cama, cuando, si están medicados, incluso son más limpios que los demás y pueden realizar un montón de trabajos. Los que padecen trastorno de la personalidad dicen que son manipuladores, cuando la realidad es más bien al revés.
Lo que quiero decir con este artículo, es que los enfermos también somos personas que podemos llevar una vida normal y que los prejuicios que tienen contra nosotros son infundados.
Andrea Mouzo Varela. Colaboradora do C.R.P.L. Carballo.