En vano se esfuerza el hombre en acabar con la vida en la Tierra. Allí donde menos se espera la naturaleza nace y crece con fuerza insospechada. Así ocurre con las flores, hierbas, musgos, líquenes, etcétera, que de mi terraza quito todos los años. Son estas conocidas como las malas hierbas, pero en el enlosado los vegetales renacen y rebrotan como por arte de magia.
En los últimos meses apareció en mi terraza una gata, a la que no eché… y alumbró dos cachorritos felinos … Fue entrañable ver como crecían en el día a día, amamantados por su madre. Siendo cachorros, un ave de presa intentó llevarse uno de ellos, pero su madre los defendió con dientes y garras, y dejando herido al azor que no tuvo más remedio que marcharse sin su botín. De los dos gatos de la camada, uno que era macho, saltó la muralla y se escapó. La gatita que permaneció, allí creció, y ahora es una adolescente.
José Luís, colaborador en el CRPL Cee.
