Asociación Pro Enfermos Mentales de A Coruña

Había en un país remoto una chica de belleza sin igual, que tras haber perdido a sus padres y todo lo que tenía, entrenaba duramente todos los días ella sola. Su mirada cada día se iba haciendo más fría en cada batalla que peleaba con su querida espada. No parecía importarle la vida de otros con tal de sobrevivir. Un día, durante un enfrentamiento, creyendo que iba morir, apareció una figura delante de ella que derrotó a su contrincante, resultó ser un hombre de su misma edad.  Ella no se lo agradeció, siempre había estado sola, se había hecho un caparazón para que la gente no se le acercara. Huyendo de su salvador, un asaltante le hizo perder el conocimiento. Cuando despertó estaba en una celda y había un guardia que le dijo que la matarían al amanecer por sus pecados. Rompiendo a llorar, se dio cuenta de que todo su valor y coraje no eran más que una fachada. Al día siguiente con los primeros rayos de sol, la ataron a un palo para quemarla por bruja. Mientras ella lloraba desconsolada, viendo que no tendría salvación. De repente, sin dar darse cuenta, se soltaron las cuerdas que la mantenían presa. El mismo muchacho que la había salvado con anterioridad había vuelto  y le declaraba su amor. Luchando contra los guardias, logró abrirse paso con su amada. Saliendo de allí victoriosos y cabalgando con su caballo a paso ligero, le prometió que nunca jamás la abandonaría. Y mientras continuaban sin rumbo fijo, se dieron un beso de amor verdadero.

Fabiola Santos Abelenda. Colaboradora C.R.P.L. Carballo

Fabiola

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